Texto utilizado para esta edici. Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2000. Para escuchar la voz de los poetas y escritores, es necesario disponer de una tarjeta de sonido y un buen soporte para Real Audio: B Cuando la sociedad de los samur La dama del perrito, Ant. Dmitrii Dmitrich Gurov, residente en Yalta hac. Paseaba sola, llevaba siempre la misma boina y se acompa. Cuando en su presencia se alud! LA CATEDRAL DEL MAR del autor ILDEFONSO FALCONES (ISBN 9788499088044). Comprar libro completo al MEJOR PRECIO nuevo o segunda mano, leer online la sinopsis o resumen, opiniones, crCon los hombres se aburr. La experiencia, una amarga experiencia, en efecto, le hab. Sin embargo, a pesar de ello, a cada nuevo encuentro con una mujer interesante, la experiencia, resbalando de su memoria, se deslizaba no se sab. Los chismes sucios sobre la moral de la localidad encerraban mucha mentira. Y el pensamiento tentador de una r. En su casa de cualquier pueblo., de un Beleb o de un Jisdra., no se aburre uno, y se llega aqu! Luego ambos siguieron comiendo en silencio, como dos desconocidos; pero despu. Paseando comentaban el singular tono de luz que iluminaba el mar: ten. Hablaban de que la atm. Gurov le contaba que era moscovita y por sus estudios, . Hubo un tiempo en el que pens. De ella supo que se hab. Mientras se acostaba repas. En las habitaciones hab. La sed era constante, y Gurov entraba frecuentemente en el pabell. Al anochecer, cuando se calm. El embarcadero estaba lleno de paseantes y de gentes con ramos en las manos que acud. Gran Tirada al Plato F.O. El rol del padre y la interacci. En ese momento de profunda intensidad para toda la familia. Dos particularidades del abigarrado gent. Por estar el mar agitado, el vapor lleg. Anna Sergueevna miraba al vapor y a los pasajeros a trav. Charlaba sin cesar y hac. Gurov y Anna Sergueevna continuaban de pie, como esperando a que alguien m. Anna Sergueevna no dec. Y ambos se pusieron en marcha r. El ambiente de la habitaci. Del pasado guardaba el recuerdo de algunas inconscientes, ben. Estas mujeres no estaban ya en la primera juventud, eran caprichosas, voluntariosas y poco inteligentes, y su belleza despertaba en Gurov, una vez desilusionado, verdadero aborrecimiento, antoj. Anna Sergueevna, la dama del perrito, tomaba aquello con especial seriedad, consider. Como la pecadora de un cuadro antiguo, permanec. Una media hora, por lo menos, transcurri. Anna Sergueevna presentaba el aspecto conmovedor, ingenuo y honrado de la mujer sin experiencia de la vida. Una vela solitaria colocada encima de la mesa apenas iluminaba su rostro; pero, sin embargo, ve. No sabes lo que dices. Le molestaba aquel tono ingenuo, aquel arrepentimiento tan inesperado e impropio. Si no hubiera sido por las l. La ciudad, con sus cipreses, ten. Encontraron un isvoschick y se fueron a Oranda. En la lista del hotel est. En Oranda estuvieron un rato sentados en un banco, no lejos de la iglesia, silenciosos y mirando el mar, a sus pies. Apenas era visible Yalta en la bruma matinal. Sobre la cima de las monta. Y esta permanencia, esta completa indiferencia hacia la vida y la muerte en cada uno de nosotros constituye la base de nuestra eterna salvaci. Sentado junto a aquella joven mujer, tan bella en la hora matinal, tranquilo y hechizado por aquel ambiente de cuento de hadas, de mar, de monta. Gurov pensaba en que, bien considerado, todo en el mundo era maravilloso. Un hombre, seguramente el guarda, se acerc. Iluminado por la aurora y con las luces ya apagadas, vieron llegar el barco de Feodosia. Regresaron a la ciudad. Almorzaban juntos, com. Ella observaba que dorm. Aquella completa ociosidad, aquellos besos en pleno d. Casi todos los atardeceres se marchaban a alg. Estos paseos resultaban gratos, y las impresiones recibidas en ellos, siempre prodigiosas y grandes. Se esperaba la llegada del marido. Anna Sergueevna aceler. No lloraba, pero estaba triste; parec. Pensaba que en su vida hab. Esta joven mujer, a la que no volver. Lo consideraba sin duda como no era, lo cual signi. Los viejos tilos, los abedules, tienen bajo su blanca cubierta de escarcha una expresi. Todo entonces resucitaba de pronto en su memoria: la escena del muelle, la ma. Era ella misma la que le segu. Cerraba los ojos y la ve. Durante el anochecer, ella lo miraba desde la librer. Por la calle, su vista segu. El fuerte deseo de comunicar a alguien su recuerdo comenzaba a oprimirle, pero en su casa no pod. Una noche, al salir del c! El funcionario, tras acomodarse en el asiento del trineo, que emprendi! Tan sencillas palabras, sin saber por qu. Se le antojaban sucias y mezquinas. El negocio innecesario, la conversaci. Las noches sucesivas durmi. En diciembre, al llegar las . Sobre la mesa, y gris de polvo, hab. Del portero obtuvo la necesaria informaci. Llevaban una vida acomodada y lujosa, ten. Precisamente frente a . Una nota pudiera caer en manos del marido y estropearlo todo. Sus sonidos llegaban hasta . Sin duda era Anna Sergueevna la que tocaba. Gurov quiso llamar al perro, pero se lo impidieron unas s. Siempre paseando, su aborrecimiento por la cerca gris crec. Volviendo a su habitaci. El teatro estaba lleno. En el palco del gobernador y en el sitio principal, con un boa al cuello, estaba sentada la hija de aqu. Los ojos de Gurov buscaban ansiosamente, sin cesar, entre el p. Al verla tomar asiento en la tercera . Y bajo los sonidos de los malos violines de una mala orquesta pensaba en su belleza. Con Anna Sergueevna y tomando asiento a su lado hab. Al andar, a cada paso que daba, su cabeza se inclinaba hacia adelante, en un movimiento de perpetuo saludo. Su sonrisa era dulce y en su ojal brillaba una docta insignia, que parec. Durante el primer entreacto el marido sali. Sin duda, luchando consigo misma para no perder el conocimiento, apretaba fuertemente entre las manos el abanico y los impertinentes. Y ambos, con paso torpe, atravesaron pasillos y escaleras, tan pronto subiendo como bajando, en tanto que ante sus ojos des. Gurov, que empezaba a sentir fuertes palpitaciones, pensaba: “! Ella lo miraba con expresi. En un descansillo de la escalera, a alguna altura sobre ellos, fumaban dos estudiantes, pero a Gurov le resultaba indiferente. Cada dos o tres meses, una vez y diciendo a su marido que ten. El marido a la vez le cre. Mientras hablaba pensaba en que nadie sab. Por una singular coincidencia, tal vez casual, cuanto para . Toda existencia individual descansa sobre el misterio y quiz. En el piso bajo se despoj. Anna Sergueevna, con su vestido gris, el preferido de . Con la espalda vuelta hacia . Lloraba con llanto nervioso, dolorosamente consciente de lo a. Para Gurov estaba claro que aquel mutuo amor tardar. Anna Sergueevna se ataba a . Lo adoraba y era imposible decirle que todo aquello ten. En el momento en que, acerc. Su cabeza empezaba a blanquear y se le antoj. No era a su verdadera persona a la que . Con el paso del tiempo las conoc. Ahora solamente, cuando empezaba a blanquearle el cabello, sent. El amor de Anna Sergueevna y el suyo era semejante al de dos seres cercanos, al de familiares, al de marido y mujer, al de dos entra. Eran como el macho y la hembra de esos p. Antes, en momentos de tristeza, intentaba tranquilizarse con cuantas re.
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January 2017
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